En la actualidad vivimos en un constante movimiento ,estrés, aceleración, ansiedad, exigencias y muy poco estado de quietud para escucharnos.
El cuerpo lo llevamos en ocasiones al limite, desde una mala alimentación, sumandole sedentarismo, o tambien desde una exigencia física desorbitada y un exceso de complementos exogenos que no son necesarios.
En cuanto la mente, un regalo maravilloso de evolución que nos fue entregado, hacemos un mal uso, o mejor dicho dejamos que sea la que haga, desahaga, dirija y por supuesto inconscientemenete, nos enferme.